Lo cierto es que se ven bastante bonitos pero el decantador no es un artículo de decoración por mucho que lo parezca.
A pesar de sus formas redondeadas no están tampoco pensados para actuar como un jarrón ornamental, aunque alguna vez te haya venido de primera ante el obsequio inesperado de un ramo de flores.
Efectivamente un decantador es aquel recipiente en forma de botella de vino, pero con un amplio cuerpo que tiene la doble finalidad de decantar los restos sólidos del vino, además de permitirle «abrirse» y respirar. De esta manera el vino se expresará y nos hará partícipes de su mejor aroma.
Los decantadores presentan volúmenes variados, así como diferentes formas y diseños. Lo más habitual es encontrarlos de vidrio y con una capacidad de 750ml.
Un uso para cada vino
Podemos afirmar que el decantador tiene varias misiones y nos servirá para una u otra en función del tipo de vino del que queremos disfrutar.
Esta noche, por ejemplo, abriremos un vino joven. Aquí el decantador es un accesorio del todo opcional y nos sirve llegado el caso para oxigenar el vino; Id sin miedo y no seáis excesivamente cuidadosos. Dejad que caiga con fuerza en el decantador y así oxigenará aún más rápido.
Durante la comida del domingo hemos decidido destapar una botella de un vino de guarda que teníamos esperando una ocasión como ésta. Se trata de una crianza o un reserva que ha sido envejecido durante cierto tiempo en barricas de madera y además lleva varios años afinándose y evolucionando dentro de la botella.
El vino promete, pero … Es posible que lleve poso o precipitaciones fruto del tiempo. Mucha gente piensa que los sedimentos son un indicador de que el vino está en mal estado, pero en realidad no es así. Como en el fondo tampoco es agradable encontrar sedimentos en la copa, y lo que queremos es bebernos el vino, no lo que haya precipitado, hemos decidido utilizar un decantador. ¿Cómo? Aquí sí: con mucha cautela.
Lo que haremos es colocar el decantador en un ángulo de 45 grados, lo suficientemente inclinado para que al verter el vino éste vaya resbalando por las paredes, es importante hacerlo a contraluz: de esta manera apreciaremos mejor la maniobra que estamos llevando a cabo.
El vino también necesita «respirar»
Puede que un vino recién descorchado presente los aromas algo reducidos. Es totalmente normal después de tanto tiempo encerrado dentro de la botella.
Puede sucedernos igual con nuestra segunda residencia cuando vamos para pasar unos días vacaciones. Abrimos la puerta y … ¡Sorpresa! La casa hace un olor extraño, como de cerrado … sin duda ha pasado demasiado tiempo sin abrirse y le hace falta algo de ventilación.
Decidimos abrir las ventanas de par en par y salir a cenar, al volver a entrar la casa ya presenta un olor más normal: es el olor «de nuestra casa».
Con el vino nos puede pasar exactamente lo mismo. Puede que reciente destapado éste no se exprese, o lo haga con unos aromas poco agradables de entrada.
Con el decantador conseguiremos acelerar el proceso de oxigenación para que el vino se nos abra y se muestre sin timideces con todas sus virtudes aromáticas.
Ahora ya sabéis que con varios tipos de vino y diferentes situaciones podemos utilizar el decantador; ¡Es hora de retirarle el polvo, sin duda lo necesitaréis!
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